La realidad imita a la literatura en el puente Milvio de Roma, donde miles de parejas han colocado un candado para sellar su relación siguiendo el ejemplo de los personajes de Federico Moccia.
Moccia (Roma, 1963) ha conectado con una generación de adolescentes que se reconocen en Niki, la estudiante de diecisiete años que protagoniza en las casi setecientas páginas de esta novela un intenso romance en las calles de la Ciudad Eterna con Alessandro, un publicista veinte años mayor que ella.
"Hay muchos lectores, jóvenes y no tan jóvenes, que tienen ganas de soñar con estas historias", ha afirmado a Efe el escritor italiano al explicar el éxito de sus novelas, que han vendido en su país más de tres millones de ejemplares y que han sido llevadas al cine también con buenos resultados comerciales.
"Perdona si te llamo amor" ha sido publicada por Planeta en castellano y catalán en vísperas de San Valentín y próximamente será editada también en América Latina.
La novela cuenta, según su autor, "una bellísima historia de amor entre dos personas separadas por una diferencia de edad, lo que ha provocado una gran discusión en Italia", ya que la protagonista es menor de edad durante la mayor parte de la historia.
Moccia explica que con esta historia, que defiende la rebeldía y la libertad adolescentes, quería poner de manifiesto que en ocasiones "las convenciones sociales no nos dejan ser dueños de nuestra vida".
Es lo que le ocurre a Alessandro, un profesional de éxito al que acaba de abandonar su novia de toda la vida y que conoce por azar a Niki, una estudiante del último curso de Secundaria, que le abrirá los ojos.
"La novela demuestra que a veces los hombres de 37 años no resultan ser tan maduros como creemos que son y que con diecisiete se puede ser madura y determinada", afirma su autor.
No es el único guiño de Moccia a los lectores jóvenes que se identifican con el modo de vida de Niki y sus amigas, en las discusiones que la protagonista mantiene con sus padres, y que reconocen las canciones de los locales Ligabue, Vasco Rossi, Lucio Battisti o del británico Robbie Williams citadas en la novela.
Moccia demostró su poder de influencia en los lectores cuando en su anterior novela, "Ho voglia di te" (Tengo ganas de ti), quiso crear "una leyenda romana" e introdujo una escena en la que la pareja protagonista sellaba su amor enganchando un candado a una farola del puente Milvio y tirando la llave al río Tíber.
Al poco de publicarse la novela, el puente más antiguo de Roma se cubrió de candados. El Ayuntamiento de la ciudad tuvo que habilitar varios soportes para que las parejas inspiradas por Moccia pudieran expresar su amor sin que las farolas del puente se vinieran abajo.
Federico Moccia contemplaba esta mañana el resultado de su iniciativa con un punto de orgullo. "Es muy bonito", afirmaba a Efe el escritor, mientras repasaba con la mirada los miles de candados de todos los colores y tamaños que brillaban al sol invernal en el puente Milvio.
Pero Moccia recuerda aún las dificultades por las que pasó cuando quiso publicar su primera novela "Tre metri sopra il cielo" (Tres metros sobre el cielo), que escribió en 1992, y que él mismo sacó a la venta después de que fuera rechazada por "todas las editoriales".
Cuando se agotaron las dos ediciones de 2.000 ejemplares que Moccia pagó de su bolsillo, la novela circuló a través de fotocopias en los colegios e institutos romanos, donde era leída ávidamente por los estudiantes.
Uno de estos lectores, la sobrina del productor de cine Riccardo Tozzi, llamó la atención de su tío sobre la novela.
Cuando Tozzi se puso en contacto con Moccia para comprar los derechos de su novela, el escritor creyó que se trataba de una broma.
Moccia (Roma, 1963) ha conectado con una generación de adolescentes que se reconocen en Niki, la estudiante de diecisiete años que protagoniza en las casi setecientas páginas de esta novela un intenso romance en las calles de la Ciudad Eterna con Alessandro, un publicista veinte años mayor que ella.
"Hay muchos lectores, jóvenes y no tan jóvenes, que tienen ganas de soñar con estas historias", ha afirmado a Efe el escritor italiano al explicar el éxito de sus novelas, que han vendido en su país más de tres millones de ejemplares y que han sido llevadas al cine también con buenos resultados comerciales.
"Perdona si te llamo amor" ha sido publicada por Planeta en castellano y catalán en vísperas de San Valentín y próximamente será editada también en América Latina.
La novela cuenta, según su autor, "una bellísima historia de amor entre dos personas separadas por una diferencia de edad, lo que ha provocado una gran discusión en Italia", ya que la protagonista es menor de edad durante la mayor parte de la historia.
Moccia explica que con esta historia, que defiende la rebeldía y la libertad adolescentes, quería poner de manifiesto que en ocasiones "las convenciones sociales no nos dejan ser dueños de nuestra vida".
Es lo que le ocurre a Alessandro, un profesional de éxito al que acaba de abandonar su novia de toda la vida y que conoce por azar a Niki, una estudiante del último curso de Secundaria, que le abrirá los ojos.
"La novela demuestra que a veces los hombres de 37 años no resultan ser tan maduros como creemos que son y que con diecisiete se puede ser madura y determinada", afirma su autor.
No es el único guiño de Moccia a los lectores jóvenes que se identifican con el modo de vida de Niki y sus amigas, en las discusiones que la protagonista mantiene con sus padres, y que reconocen las canciones de los locales Ligabue, Vasco Rossi, Lucio Battisti o del británico Robbie Williams citadas en la novela.
Moccia demostró su poder de influencia en los lectores cuando en su anterior novela, "Ho voglia di te" (Tengo ganas de ti), quiso crear "una leyenda romana" e introdujo una escena en la que la pareja protagonista sellaba su amor enganchando un candado a una farola del puente Milvio y tirando la llave al río Tíber.
Al poco de publicarse la novela, el puente más antiguo de Roma se cubrió de candados. El Ayuntamiento de la ciudad tuvo que habilitar varios soportes para que las parejas inspiradas por Moccia pudieran expresar su amor sin que las farolas del puente se vinieran abajo.
Federico Moccia contemplaba esta mañana el resultado de su iniciativa con un punto de orgullo. "Es muy bonito", afirmaba a Efe el escritor, mientras repasaba con la mirada los miles de candados de todos los colores y tamaños que brillaban al sol invernal en el puente Milvio.
Pero Moccia recuerda aún las dificultades por las que pasó cuando quiso publicar su primera novela "Tre metri sopra il cielo" (Tres metros sobre el cielo), que escribió en 1992, y que él mismo sacó a la venta después de que fuera rechazada por "todas las editoriales".
Cuando se agotaron las dos ediciones de 2.000 ejemplares que Moccia pagó de su bolsillo, la novela circuló a través de fotocopias en los colegios e institutos romanos, donde era leída ávidamente por los estudiantes.
Uno de estos lectores, la sobrina del productor de cine Riccardo Tozzi, llamó la atención de su tío sobre la novela.
Cuando Tozzi se puso en contacto con Moccia para comprar los derechos de su novela, el escritor creyó que se trataba de una broma.
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