29 September 2010

Ven a dormir conmigo, Julio Cortazar

Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará


Nada está perdido
si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido
y hay que empezar de nuevo.


28 September 2010

Jose Marti, Adultera-3, ESCENA 3ª

ESCENA 3ª -GUTTERMANN(solo y sentado)

GUT. Él piensa que son sólo las turbulencias de su espíritu las que me inquietan:
-¡las del mío son las que me agitan ahora!-
El que tiene una sola felicidad no sospecha nunca que otro pueda ser infeliz.
-Harto sé que no es verdad que los pesares se olvidan, que tengo yo uno muy hondo, y es mi inseparable compañero:
tanto me acompaña, que ya hasta amo mi dolor.-
Yo quería a mi hermana con la vehemencia de todos los cariños.
Ella, débil o frívola, ni ha entendido mi amor, ni lo ha respetado siquiera, y ha dado a un miserable su honra y su paz. -Ahora él la abandona: ahora vuelve ella a mí; ahora que ya no puedo tener para ella más que
el amor del perdón, viene a pedirme aquel cariño en que ni siquiera pensó para olvidarlo,
¡por qué se razona para arrepentir y no se razona para obrar!
Róbales la seducción la voluntad; no ven las tristes que la seducción es una infamia que viene a ellas vestida de apetito y de lisonja
(Se queda sentado y pensativo.)

27 September 2010

Madre América, Jose Marti por Jose Marti

(19 de diciembre de 1889)

Señoras y señores:

Apenas acierta el pensamiento, a la vez trémulo y desbordado, a poner, en la brevedad que le manda la discreción el júbilo que nos rebosa de las almas en ésta noche memorable. ¿Qué puede decir el hijo preso, que vuelve a ver a su madre por entre las rejas de su prisión? Hablar es poco, y es casi imposible, más por el íntimo y desordenado contento, por la muchedumbre de recuerdos, de esperanzas y de temores, que por la corteza de no poder darles expresión digna.

Indócil y mal enfrenada ha de brotar la palabra de quien, al ver en torno suyo, en la persona de sus delegados ilustres, los pueblos que amamos con pasión religiosa; al ver cómo, por mandato de secreta voz, puesto como más altos para recibirlos, y las mujeres como más bellas; al ver el aire tétrico y plomizo animado como de sombras, sombras de águilas que echan a volar, de cabezas que pasan moviendo el penacho consejero, de tierras que imploran, pálidas y acuchilladas, sin fuerzas para sacarse el puñal el corazón, del guerrero magnánimo del Norte, que da su mano de admirador, desde el pórtico de Mount Vernon, al héroe volcánico del Sur, intenta en vano recoger, como quien se envuelve en una bandera, el tumulto de sentimientos que se le agolpa al pecho, y sólo halla estrofas inacordes y odas indómitas para celebrar, en la casa de nuestra América, la visita de la madre ausente, -para decirle, en nombre de hombres y de mujeres, que el corazón no puede tener mejor empleo que darse, todo, a los mensajeros de los pueblos americanos.
....A unos nos ha echado aquí la tormenta; a otros, la leyenda; a otros, el comercio; a otros, la determinación de escribir, en una tierra que no es libre todavía, la última estrofa del poema de 1810; a otros les mandan vivir aquí, como su grato imperio, dos ojos azules. Pero por grande que esta tierra sea, por ungida que esté para los hombres libres la América en que nació Lincoln, para nosotros, en el secreto de nuestro pecho, sin que nadie ose tachárnoslo ni nos lo pueda tener a mal, es más grande, porque es la nuestra y porque ha sido más infeliz, la América en que nació Juárez.

De lo más vehemente de la libertad nació en días apostólicos la América del Norte. No querían los hombres nuevos, coronados de luz, inclinar ante ninguna otra su corona.

.... Cargan mosquetes, para defender las siembras; el trigo que comen, lo aran; suelo sin tiranos es lo que buscan, para el alma sin tiranos. Viene, de fieltro y blusón, el puritano intolerante e integérrimo, que odia el lujo, porque por él prevarican los hombres; viene el cuáquero, de calzas y chupa, y con los árboles que derriba, levanta la escuela; viene el católico, perseguido por su fe, y funda un Estado donde no se puede perseguir por su fe a nadie; viene el caballero, de fusta y sombrero de plumas, y su mismo hábito de mandar esclavos le da altivez de rey para defender su liberta. Alguno trae en su barca una negrada que vender, o un fanático que quema a las brujas, o un gobernador que no quiere oír hablar de escuelas; lo que los barcos traen es gente de universidad y de letras, suecos místicos, alemanes fervientes, hugonotes francos, escoceses altivos, bátavos económicos; traen arados, semillas, telares, arpas, salmos, libros. En la casa hecha por sus manos vivían, señores y siervos de sí propios; y de la fatiga de bregar con la naturaleza se consolaba el colono valeroso al ver venir, de delantal y cofia, a la anciana del hogar, con la bendición en los ojos, y en la mano la bandeja de los dulces caseros, mientras una hija abría el libro de los himnos, y preludiaba otra vez en el salterio o en el clavicordio. La escuela era de memoria y azotes; pero el ir a ella por la nieve era la escuela mejor.
... Por entre los cimientos desencajados en la estupenda convulsión se pasea, codiciosa y soberbia, la victoria; reaparecen acentuados por la guerra, los factores que constituyeron la nación; y junto al cadáver del caballero, muerto sobre sus esclavos, luchan por el predominio en la república, y en el universo, el peregrino que no consentía señor sobre él, ni criado bajo él, ni más conquistas que la que hace el grano en la tierra y el amor en los corazones, -y el aventurero sagaz y rampante, hecho a adquirir y adelantar en la selva, sin más ley que su deseo, ni más límite que el de su brazo, compañero solitario y temible del leopardo y el águila.

Y ¿cómo no recordar, para gloria de los que han sabido vencer a pesar de ellos, los orígenes confusos, y manchados de sangre, de nuestra América, aunque al recuerdo leal, y hoy más que nunca necesario, le pueda poner la tacha de vejez inoportuna aquel a quien la luz de nuestra gloria, de la gloria de nuestra independencia, estorbase para el oficio de comprometerla o rebajarla? Del arado nació la América del Norte, y la Española, del perro de presa. Una guerra fanática sacó de la poesía de sus palacios aéreos al moro debilitado en la riqueza, y la soldadesca sobrante, criado con el vino crudo y el odio a los herejes, se echó, de coraza y arcabuz, sobre el indio de peto de algodón. Llenos venían los barcos de caballeros de media loriga, de segundones desheredados, de alféreces rebeldes, de licenciados y clérigos hambrones. Traen culebrinas, rodelas, picas, quijotes, capacetes, espaldares, yelmos, perros. Ponen la espada a los cuatro vientos, declaran la tierra del rey, y entran a saco en los templos de oro.....

....La mujeres, las roban. De cantos tenía sus caminos el indio libre, y después del español no había más caminos que el que abría la vaca husmeando el pasto, o el indio que iba llorando en su treno la angustia de que se hubiesen vuelto hombres los lobos. Lo que come el encomendero, el indio lo trabaja; como flores que se quedan sin aroma, caen muertos los indios; con los indios que mueren se ciegan las minas. De los recortes de las casullas se hace rico un sacristán. De paseo van los señores; o a quemar en el brasero el estandarte del rey; o a cercenarse las cabezas por peleas y virreyes y oidores, o celos de capitanes; y al pie del estribo lleva el amo dos indios de pajes, y dos mozos de espuela.
...... El glorioso criollo cae bañado en sangre, cada vez que busca remedio a su vergüenza, sin más guía ni modelo que su honor, hoy en Caracas, mañana en Quito, luego con los comuneros del Socorro o compra cuerpo a cuerpo, en Cochabamba el derecho de tener regidores del país; o muere, como el admirable Antequera profesando su fe en el cadalso del Paraguay iluminado el rostro por la dicha o al desfallecer al pie del Chimborazo "exhorta a las razas a que afiancen su dignidad". El primer criollo que le nace al español, el hijo de la Malinche, fue un rebelde. La hija de Juan de Mena que lleva el luto de su padre, se viste de fiesta con todas sus joyas, porque es día de honor para la humanidad, el día en que Arteaga muere! ¿Qué sucede de pronto, que el mundo se para a oír, a maravillarse, a venerar? ¡De debajo de la capucha de Torquemada sale, ensangrentado y acero en mano, el continente redimido! Libres se declaran los pueblos todos de América a la vez. Surge Bolívar, con su cohorte de astros. Los volcanes, sacudiendo los flancos con estruendo, lo aclaman y publican. A caballo, la América entera. Y resuenan en la noche, con todas las estrellas encendidas, por llanos y por montes, los cascos redentores. Hablándoles a sus indios va el clérigo de México. Con la lanza en la boca pasan la corriente desnuda los indios venezolanos. Los rotos de Chile marchan juntos, brazo en brazo, con los choles del Perú. Con el gorro frigio del liberto van los negros cantando, detrás del estandarte azul. De poncho y bota de potro, ondeando las bolas, van, a escaparse de triunfo, los escuadrones de gauchos. Cabalgan, suelto el cabello, los pehuenches, resucitados, voleando sobre la cabeza la chuza emplumada. Pintados de guerrear vienen tendidos sobre el cuellos los araucos, con la lanza de tacuarilla coronada de pluma de colores; y al alba, cuando la luz virgen se derrama por los despeñaderos, se ve a San Martín, allá sobre la nieve, cresta del monte y corona de la revolución, que va, envuelto en su capa de batalla, cruzando los Andes. ¿Adónde va la América, y quién la junta y guía? Sola, y como un solo pueblo, se levanta. Sola pelea. Vencerá, sola.

¡Y todo ese veneno lo hemos trocado en savia! Nunca, de tanta oposición y desdicha, nació un pueblo más precoz, mas generoso, más firme. Sentina fuimos, y crisol comenzamos a ser. Sobre las hidras, fundamos. Las picas de Alvarado, las hemos echado abajo con nuestros ferrocarriles. En las plazas donde se quemaban los herejes, hemos levantado bibliotecas. Tantas escuelas tenemos como familiares del Santo Oficio tuvimos antes. Lo que no hemos hecho, es porque no hemos tenido tiempo para hacerlo, por andar ocupados en arrancarnos de la sangre las impurezas que nos legaron nuestros padres. De las misiones religiosas e inmorales, no quedan ya más que paredes descascaradas, por donde asoma el búho el ojo, y pasea melancólico el lagarto. Por entre las razas heladas y las ruinas de los conventos y los caballos de los bárbaros se ha abierto paso el americano nuevo y convida a la juventud del mundo a que levante en sus campos la tienda. Ha triunfado el puñado de apóstoles. ¿Qué importa que, por levar el libro delante de los ojos, no viéramos, al nacer como pueblos libres, que el gobierno de una tierra híbrida y original, amasada con españoles retaceros y aborígenes torvos y aterrados, más sus salpicaduras de africanos y menceyes, debía comprender, para ser natural y fecundo, los elementos todos que, en maravilloso tropel y por la política superior escrita en la Naturaleza, se levantaron a fundarla? ¿Qué importa el desdén repleto de guerras, del marqués lacayo al menestral mestizo?

....De aquella América enconada y turbia, que brotó con las espinas en el frente y las palabras como lava, saliendo, junto con la sangre del pecho, por la mordaza mal rota, hemos venido, a pujo de brazo, a nuestra América de hoy, heroica y trabajadora a la vez, y franca y vigilante, con Bolívar de un brazo y Herbert Spencer de otro; una América sin suspicacias pueriles ni con fianzas cándidas, que convida sin miedo a la fortuna de su hogar a las razas todas, porque sabe que es la América de la defensa de Buenos Aires y de la resistencia del Callao, la América del Cerro de las Campanas y de la Nueva Troya ¿Y preferiría a su porvenir, que es el de nivelar en la paz libre sin codicias de lobo ni prevenciones de sacristán, los apetitos y los odios del mundo; preferiría a este oficio grandioso el de desmigajarse en las manos de sus propios hijos, o desintegrarse en ves de unirse más, o por celos de vecindad mentir a lo que está escrito por la fauna y los astros y la Historia, o andar de zaga de quien se le ofreciese de zagal, o salir por el mundo de limosnera, a que le dejen caer en el plato la riqueza temible? Solo perdura, y es para bien, la riqueza que se crea y la libertad que se conquista con las propias manos. No conoce a nuestra América quien eso ose temer.

....Por eso vivimos aquí, orgullosos de nuestra América para servirla y honrarla. No vivimos, no, como siervos futuros ni como aldeanos deslumbrados, sino con la determinación y la capacidad de contribuir a que se la estime por sus méritos, y se la respete por sus sacrificios; porque las mismas guerras que de pura ignorancia le echan en cara los que no la conocer, son el timbre de honor de nuestros pueblos, que no han vacilado en acelerar con el abono de su sangre el camino del progreso y pueden ostentar en la frente sus guerras como una corona. En vano -faltos del roce y estímulo diario de nuestras luchas y de nuestras pasiones, que nos llegan ¡a mucha distancia! Del suelo donde no crecen nuestros hijos,-- nos convida este país con su magnificencia, y la vida con sus tentaciones, y con sus cobardías el corazón, a la tibieza y al olvido. Donde no se olvida, y donde no hay muerte, llevamos a nuestra América, como luz y como hostia; y ni el interés corruptor, ni ciertas modas nuevas de fanatismo, podrán arrancárnosla de allí. Enseñemos el alma como es a estos mensajeros ilustres que han venido de nuestros pueblos, para que vean que la tenemos honrada y leal, y que la admiración justa y el estudio útil y sincero de lo ajeno, el estudio sin cristales de présbita ni de miope, no nos debilita el amor ardiente, salvador y santo de lo propio; ni por el bien de nuestra persona, si en la conciencia sin paz hay bien, hemos de ser traidores a lo que nos mandan hacer la naturaleza y la humanidad. Y así, cuando cada uno de ellos vuelva a las playas que acaso nunca volvamos a ver, podrá decir, contento de nuestro decoro, a la que es nuestra dueña, nuestra esperanza y nuestra guía: "¡Madre América, allí encontramos hermanos! ¡Madre América, allí tienes hijos!".

(Discurso pronunciado en la Sociedad Literaria Hispanoamericana el 19 de diciembre de 1889, en una velada artístico-literaria ante delegados a la Conferencia Internacional Americana.)

Obras Completas de José Martí, tomo VI, pags. 133-140

Julio Cortázar, Jazz


Dizzy Gillispie

Para Cortázar, aun con matices, esta palabra es sinónima de Jazz. El género, “una música de pasaje, una perspectiva novedosa hacia todo lo que no nos atrevemos a ser”, había marcado al autor desde tiempos inmemoriales, convirtiéndose, junto al boxeo y el tabaco, en su único vicio extra-literario. Lo verdaderamente fascinante del género resulta ser la improvisación, la amplitud o inexistencia de los márgenes, la posibilidad de innovar y divagar en mitad de la catarsis musical. El jazzman es un buscador, un perseguidor de nuevas puertas con un toque de genialidad y escepticismo.

En su relato “El perseguidor”, publicado en Las armas secretas, el escritor argentino ya había realizado una ofrenda fascinada a Charlie Parker, síntesis literaria del “tocador” de jazz, del escapista musical de carácter incontenible y genialidad innegable. El homenaje culmina con la mención continuada de los grandes nombres del estilo en el “collage” de Rayuela. Así, no son de extrañar las menciones a Dizzie Gillispie, Duke Ellington, Bill Johnson o Bessie Smith. El “club de la serpiente”, ese extraño cónclave de intelectuales ociosos que conforman los personajes del “lado de allá”, acabarán reunidos con una misma música sonando en el tocadiscos: el insondable jazz, desde su mismo origen hasta los sones nuevos del “be-bop”.
mas de Julio Cortázar aqui http://azulyo.blogspot.com/

26 September 2010

Jose Marti, Adultera-2

Adultera, obra de teatro escrita por Jose Marti cuando solo tenia 19 años, personajes:
GROSSERMANN, (hombre alto), el marido-40 años
GUTTERMANN, (hombre bueno), el amigo-30 años
POSSERMANN, (hombre vil), el amante-25 años
FLEISCH, (fleisch: carne), la mujer-25 años


ESCENA 2ª
GROSSERMANN y GUTTERMANN

GUT. Fuérame dado venir contento como tú.-
GROS. Ley parece que no nazca una alegría sin que nazca al mismo
tiempo un pesar-mas ¿qué tienes?
¿Te han llegado malas nuevas de tu hermana?
GUT.(¡Mi hermana!) No, Grossermann, no:
pero tiene afligida a la ciudad la desgracia de Frank.-
GROS. Pues ¿qué le ha pasado a Frank?
GUT. ¿Recuerdas tú que amaba con pasión a su mujer?
GROS.Y ¿lo ha engañado?
GUT. Engañado, amigo, a él-hombre noble y generoso-
con el amor del joven Alfred, vano y necio.
GROS.Y ¿ha podido hallar esa malvada hombre superior a Frank?
GUT.
Ciegas son del alma las mujeres que engañan a sus maridos: no podía ella ver alma tan alta como aquélla.-
GROS.Y ¿lo supo Frank?
GUT. Vive ya en otro mundo el que le robó el cariño de su mujer.-
GROS. ¿Lo ha matado?
GUT. Hallólos al volver a su casa en plática de amor.
GROS. ¿La mató a ella?
GUT. No: -¿qué hombre mata a una mujer?
Pero no fueron más rápidos sus ojos en mirar que sus manos en herir. Lo vio, vio sus labios en las manos de su mujer, vio los labios de la mujer sobre su frente, y los del hombre no volvieron a abrirse más: -Allí quedaron fríos: ¡allí oprimió la cabeza del cadáver contra la mano que besaba, y la sacudió sin levantarla con furia que debió darle el infierno!
¡Horrible fue, en verdad, aquel beso tremendo de despedida!
GROS.(Ya preocupado.) No de otra manera deben quedar siempre ahogados los besos criminales.
-Duéleme mucho,duéleme como mi mismo dolor esta desgracia de Frank.
-No tienes tú mujer.
No sabes tú con qué cariño tan receloso se la ama,qué avaro se llega a ser de todos sus momentos, cómo este afecto -que entró en nuestro corazón a la par que otros afectos, -crece y se desarrolla de manera que es al cabo más grande que todos, más grande que nuestro mismo corazón. -Mide tú esta inmensa felicidad:
-figúrate qué horribleno debe ser el dolor de perderla.
GUT.A bien que nace con las amarguras el olvido: sólo en él podrá
hallar un día consuelo Frank.-
GROS.(Volviéndose a Gut.)-Hállanlo en él sólo los necios o los pobres
de espíritu. -¿Cómo piensas así tú?
Cuando más el pesar duerme, pero no muere:
¡ay de las almas secas en que nunca despiertan los pesares!-
El recuerdo vive, late, obra lenta y silenciosamente.
-Y hay en la memoria de esta clase de tristezas cúmulo de terribles accidentes que no se olvidan jamás.
Hay un hombre que nos ha manchado...
Y ¿cómo te extrañas tú de que yo sienta el pesar de los demás?
Pues dime: -tú, que no consuelas a nadie,
¿tendrás derecho a que nadie te consuele en tu dolor?
-A más, que si a mí me preguntaran qué es vivir, yo diría
-el dolor, el dolor es la vida. (Pasea.)
Me has dado en qué pensar con la desgracia de mi amigo.-
GUT. A otros dará en cambio que reír.
GROS. (Deteniéndose enfrente de Gut.) ¡Reír! -
Y ¿se puede reír de la desventura ajena,
y de una desventura tan grande?
GUT. Lado flaco es ese de los humanos.-
GROS.(Irguiéndose.) ¡Lado estúpido!
-¿No es eso tomar a broma el
honor, que debe ser siempre una religión en nuestra alma?
No, amigo, no; eso es de almas roídas y enfangadas.-
Y a fe tienes razón; -que hay quien se ríe de estas cosas.- Autorzuelos
hay que llevan al teatro como asunto de gorja a un marido engañado; y óyelo en paz la regocijada concurrencia, y a mí me dan mis tentaciones
de poner al autorcillo ramplón de modo que jamás riera de la ajena
desgracia ¡crueldad mayor!
GUT. No es de extrañar en boca de autor esa buena voluntad hacia sus compañeros. ¡Calle, calle el envidioso!-
GROS. ¿Envidia yo? -Tú no lo dices de veras. Si el ingenio que tengo
no me lo debo a mí mismo, y sé que soy noble y honrado ¿qué tengo
yo que envidiar?
-Envidia el necio, que cree que tiene algo suyo: -no yo- que sé que debo a merced desconocida esta palabra con que te hablo, y esta inteligencia con que la formo y la animo:
(dejándole la mano que le ha tomado al comenzar.)
-De estúpidos la envidia y la ambición.
GUT. (¡Alma altísima!)
GROS.Y ahora que dices autor,
-tiempo ha que ando a vueltas con la manera de llevar al teatro la solución que cumple dar al marido en el adulterio de la esposa. GUT.Y ¿hallaste ya la solución?
GROS. Lección terrible, pero no para aconsejada,
me da con su suceso mi pobre amigo Frank.
-Mato a veces a los adúlteros,
-a veces los perdono;
pero siempre me dejan confuso y cabizbajo: no doy con ello
-Cosas son estas que, antes de sufridas, no se adivinan; y luego de sufridas, ni aun debe tenerse valor para recordarlas:-¡ay! luego de sufridas se debe morir;
-(como apuntando ideas en su frente:) ¡Qué horror, qué horror, amigo!
-¡Si pensar en esto amarga tanto,
un instante de sentirlo debe ser tormento inconcebible!
Pero, fuera de mí estas tristes ideas que no han de verse nunca realizadas.
-¡Vaya con la cara que pones! Tal parece que he hablado para ti.-
¿Es que de nuevo te enoja verme violento y exaltado?
GUT.Y es la verdad.
Parece que no hay para ti un instante de placer ni de paz.-
GROS.Y no te engañas quizá.
-Para un hombre digno de serlo, no hay en la vida
espacio a la alegría ni al olvido.
-Mas yo te prometo corregirme en lo posible.-
Comedia he de hacer en que pinte la cara que pone un amigo leal
cuando su amigo se da a pensar en irremediables tristezas. Quédate a
Dios; -espérame en mi habitación trabajo preparado. (Yéndose.)
GUT.Y, ¿el mío?
GROS. En la tuya te espera. (Volviendo atrás.) Pero ¿no me perdonas? (Echándole un brazo al cuello.)-
GUT. No a fe si no escribes la comedia.-
GROS.(Separándose de Gut.) Cierto que he de escribirla; no te vea yo luego incómodo con mis exaltaciones como ahora. -Queda, queda en
paz. (Yéndose.) (Dulce alegría es tener tan leal
amigo como éste.)

25 September 2010

Jose Marti, Adultera-1

A los 19 años, en su primer destierro de Cuba, en España, Marti empieza a escribir su obra de teatro Adultera, este es un drama social en el que expone su concepto de la fidelidad, la sinceridad, el respeto y el amor.
Asombroso es ver cuanta profundidad y seriedad es capaz de transmitir y su amplio poder del lenguaje, la metafora y la individualizacon de sus personajes con conflictos interiores y caracterizticas bien diferenciadas y sabias reflecciones que van conduciendo la obra.



Empieza asi:
(este es el esposo,GROSSERMANN, enamorado y feliz con su relacion con su esposa)
-hablando para si mismo-



¡Paz de un momento, grata felicidad de ser amado, bien
venidas seáis a mí!
-Es el hombre en la tierra dueño de sí mismo, y es sin embargo-su mayor trabajo serlo,
que el hombre es el mayor obstáculo del hombre.
-Y desde que lo fui, desde que empeñé esta lucha que
dura en esta tierra toda la vida y ¡quién sabe cuantas vidas en otras!-
nunca creí en la paz, ni en el contento,
ni en más felicidad que este
íntimo regocijo que produce ver felices a los otros.
Sufrir para mí no era sufrir: era ensancharme, ser, crecer.
Y desde
que la amo, creo ya en la felicidad de una hora, porque a su lado me
olvido de todas las miserias, y -en la tierra- la única felicidad posible es
el olvido de la Tierra.
Cuerpo y alma son ciertamente encarnizados contrarios.
No es amor estúpido de cuerpo lo que brota de mí para María:
-es que el ser humano no está completo en el hombre:
es que la mujer lo completa:
es que esta indomable vida de mi espíritu
necesitaba para no caer vencida-
resignación y ternura, abnegación y luz porque
-si la luz se perdiera,
hallaríasela de nuevo encendida en el alma de una mujer.

(Corriendo al encuentro de Guttermann, que entra por la puerta del fondo.)
¡Oh, amigo, en hora buena llegas! -Complacíame ahora de
venturas mías: no estaban todas juntas si no te tenía cerca de mí.

Vindicación de Cuba Nueva York, 21 de marzo de 1889, Jose Marti

.....No es éste el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba. Es probable que ningún cubano que tenga en algo su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia.

Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter. Hay cubanos que por móviles respetables, por una admiración ardiente al progreso y la libertad, por el presentimiento de sus propias fuerzas en mejores condiciones políticas, por el desdichado desconocimiento de la historia y tendencia de la anexión, desearían ver la Isla ligada a los Estados Unidos.

....No somos los cubanos ese pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales que a The Manufacturer le place describir; ni el país de inútiles verbosos, incapaces de acción, enemigos del trabajo recio, que, justo con los demás pueblos de la América española, suelen pintar viajeros soberbios y escritores.
....Los cubanos, dice The Manufacturer, tienen "aversión a todo esfuerzo", "no se saben valer", "son perezosos. " Estos "perezosos" que "no se saben valer", llegaron aquí hace veinte años con las manos vacías, salvo pocas excepciones; lucharon contra el clima; dominaron la lengua extranjera; vivieron de su trabajo honrado, algunos en holgura, unos cuantos ricos, rara vez en la miseria; compraron o construyeron sus hogares; crearon familias y fortunas; gustaban del lujo, y trabajaban para él: no se les veía con frecuencia en las sendas oscuras de la vida: independientes, y bastándose a sí propios, no temían la competencia en aptitudes ni en actividad: miles se han vuelto a morir en su hogares: miles permanecen donde en las durezas de la vida han acabado por triunfar, sin la ayuda del idioma amigo, la comunidad religiosa ni la simpatía de raza. Un puñado de trabajadores cubanos levantó a Cayo Hueso.

Los cubanos se han señalado en Panamá por su mérito como artesanos en los oficios más nobles, como empleados, médicos y contratistas. Un cubano, Cisneros, ha contribuido poderosamente al adelanto de los ferrocarriles y la navegación de ríos de Colombia. Márquez, otro cubano, obtuvo, como muchos de sus compatriotas, el respeto del Perú como comerciante eminente. Por todas partes viven los cubanos, trabajando como campesinos, como ingenieros, como agrimensores, como artesanos, como maestros, como periodistas. En Filadelfia, The Manufacturer tiene ocasión diaria de ver a cien cubanos, algunos de ellos de historia heroica y cuerpo vigoroso, que viven de su trabajo en cómoda abundancia. En New York los cubanos son directores en bancos prominentes, comerciantes prósperos, corredores conocidos, empleados de notorios talentos, médicos con clientela del país, ingenieros de reputación universal, electricistas, periodistas, dueños de establecimientos, artesanos.
.....Parece que hay en la mente cubana una dichosa facultad de unir el sentido a la pasión, y la moderación a la exuberancia. Desde principios del siglo se han venido consagrando nobles maestros a explicar con su palabra, y practicar en su vida, la abnegación y tolerancia inseparables de la libertad. Los que hace diez años ganaban por mérito singular los primeros puestos en las Universidades europeas, han sido saludados, al aparecer en el Parlamento español, como hombres de sobrio pensamiento y de oratoria poderosa.

...La lucha no ha cesado...... Sólo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad. Y es la verdad triste que nuestros esfuerzos se habrían, en toda probabilidad, renovado con éxito, a no haber sido, en algunos de nosotros, por la esperanza poco viril de las anexionistas, de obtener la libertad sin pagarla a su precio, y por el temor justo de otros, de que nuestros muertos, nuestras memorias sagradas, nuestras ruinas empapadas en sangre, no vinieran a ser más que el abono del suelo para el crecimiento de una planta extranjera, o la ocasión de una burla para The Manufacturer de Filadelfia.

Soy de usted, señor Director, servidor atento,
José Martí New York, 21 de Marzo de 1889 120 Front Street

Obras Completas, tomo 1, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1975, páginas 236-241

21 September 2010

COMO PESA EL AMOR, Gioconda Belli

Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como luna
apenas clara entre las luciérnagas.

Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.

Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
cómo pesa el amor
endurecido...

Gioconda Belli


20 September 2010

jugamos a perdernos y encontrarnos

Jugamos a perdernos y a encontrarnos.
Tú te escondes, yo te busco.
A menudo intercambiamos los papeles.
A veces ganas tú, a veces gano yo.
Otras veces haces trampas y te dejas encontrar.
Jugamos a hacer reales los sueños prohibidos.
Luchamos, cuerpo a cuerpo, salvajemente,
arrancándonos la ropa y la vergüenza,
yo tratando de poseerte, tú tratando de escapar...
Te revuelves, me arañas, pataleas...
Aprieto tus muñecas con mis manos,
te inmovilizo, te ato, te poseo...
Has de reconocer que siempre acabo triunfando,
aunque sueles vender muy cara tu derrota...
Jugamos a seducirnos mutuamente pero,
en este juego, tú siempre partes con ventaja...
Es imposible ganar a quien seduce hasta cuando no quiere seducir...
Jugamos a ser niños traviesos que desafían al mundo con descaro...
Nos reímos del mundo y huimos de él justo en el momento en que nos sorprende desnudos y amándonos...
A veces es tanta la urgencia por correr que no nos detenemos ni a recoger lasropas...
Y volvemos a esta isla, desnudos y cansados,riéndonos aún de nuestras travesuras...
Jugamos a cambiar las reglas,
inventamos nuevos juegos,
incluso nos atrevemos a jugar sin reglas...
Juegos de amor...

Pero........ nunca olvides, Princesa, que el amor no es un juego...

19 September 2010

Gángsteres e imperios tienen un solo argumento: la fuerza bruta. Hay métodos para vencerla o para ser destruido por ella.

Luis Britto García.
Caracas, 1940. Narrador,
ensayista, dramaturgo, dibujante,
explorador submarino, autor de más de 60 títulos.

Estados Unidos envía a México colonos protestantes que arrean a sus respectivos esclavos; y como el gobierno mexicano no permite la esclavitud, los estadounidenses le arrebatan más de la mitad de su territorio.
Abrir puertas a caballos de Troya es perderse.

Estados Unidos invade Cuba con el pretexto de liberarla, establece un protectorado y deja una base militar que perdura hasta hoy.
Dejar que el diablo se instale es perderse.

Colombia invade Venezuela en 1901 con 5.000 paramilitares disfrazados de venezolanos; sufre aplastante derrota, y mientras pierde el tiempo amenazando a nuestro país, Estados Unidos le arrebata Panamá.
Reconocer el verdadero enemigo es salvarse.

Inglaterra, Alemania e Italia con sus acorazados bloquean, bombardean e invaden Venezuela, pero se retiran ante la actitud inflexible de Cipriano Castro y la invocación estadounidense de la doctrina Monroe.
No ceder ni un ápice es salvarse.

Estados Unidos agrede militarmente repetidas veces a las pequeñas y fragmentadas Puerto Rico, Cuba, Haití, República Dominicana, Nicaragua, Guatemala, Colombia y Panamá, pero no pasa de influir por debajo de la mesa en la política del gigantesco Brasil.
Mantenerse unido es salvarse.

Estados Unidos con todos sus marines fracasa contra el irreductible César Augusto Sandino, por lo cual lo manda a asesinar en un banquete para celebrar la paz.
Saber que para el enemigo paz significa traición es salvarse.

Cuando Estados Unidos entra en un conflicto, silencia los medios favorables a su adversario y controla férreamente a la disidencia que lo apoya.
Pelear contra el enemigo externo sin olvidar el interno es salvarse.

El embajador estadounidense Braden dirige la campaña electoral contra Juan Domingo Perón, y éste gana las elecciones.
Cortar de plano la injerencia en asuntos internos es salvarse.

Guatemala inicia una reforma agraria en la cual expropia tierras de la United Fruit indemnizándola con el valor que la transnacional señaló en sus declaraciones de impuestos; Estados Unidos organiza una invasión mercenaria que derroca a balazos al gobierno democrático.
Intentar reformas sin construir primero un poder popular invulnerable es perderse.

Estados Unidos invade Cuba con mercenarios por Playa Girón, Fidel los desbarata y declara la revolución comunista.
Responder agresiones con medidas contundentes es salvarse.

Estados Unidos acusa a Cuba ante la OEA, y todos sus miembros menos México votan por expulsarla del sistema interamericano.
Someterse a organizaciones fundadas y mantenidas por el Imperio es perderse.

Ante la colosal amenaza estadounidense, Cuba establece una red de alianzas con el mundo socialista y con los No Alineados que la equilibran y le permiten sobrevivir hasta el presente.
Manejar una diplomacia multipolar es salvarse.

Tras servir incondicionalmente a Estados Unidos durante su interminable dictadura, Rafael Leonidas Trujillo es asesinado con conocimiento y consentimiento de la CIA, quien no hace nada para impedirlo.
Servir al diablo es condenarse.

Confiado en su omnipotencia, Estados Unidos invade sucesivamente Corea del Norte, Vietnam, Afganistán, Irán, Irak y Somalía, y en todas partes sufre contundentes reveses.
Mantener irreductibles la especificidad cultural y el sentimiento nacional es salvarse.

Juan Bosch es elegido presidente de República Dominicana, comienza una serie de reformas democráticas y como el golpe en su contra dado por el proyanqui Wessin Wessin fracasa, Estados Unidos invade Santo Domingo con el pretexto de defender sus intereses.
Albergar intereses estadounidenses es perderse.

Salvador Allende inicia la vía pacífica y democrática hacia el socialismo, y Estados Unidos propicia un golpe fascista de la derecha que lo asesina.
Ser pacífico ante el adversario armado es perderse.

El Departamento de Estado promueve cerca de un millar de atentados para asesinar a Fidel Castro, todos abortados por la inteligencia cubana.
Conocer la malignidad del enemigo es salvarse.

Los gobiernos latinoamericanos aceptan ilusionados préstamos con tasas de interés del 3% sin reparar que los contratos permiten a los usureros subir unilateralmente las tasas de interés, las cuales quintuplican hasta el 15% encadenando a nuestros países a la Deuda Eterna.
Firmar contratos sin leerlos es perderse.

El gobierno militar de Argentina invade las Malvinas confiando en que Estados Unidos lo apoyará obligado por el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, y la potencia norteña los deja en la estacada mientras los ingleses los exterminan.
Esperar que el Imperio cumpla tratados es perderse.

El presidente Omar Torrijos exige la devolución del canal de Panamá, y muere en accidente de aviación misterioso.
Volar sólo en caso de extrema necesidad y sobre seguro es salvarse.

Para pagar la Deuda, los gobiernos latinoamericanos imponen a sus pueblos paquetes del Fondo Monetario Internacional que les prohíben proteger sus economías, y los movimientos sociales impulsan rebeliones sociales que le prohíben a los gobiernos entregarse al Fondo Monetario. Obedecer a usureros es perderse.

Tras fracasar en sus intentos de derrocar al gobierno sandinista mediante la “contra”, Estados Unidos obliga a unirse y financia mediante la USAID y la NED a los opositores, lo cual les permite ganar las elecciones de 1990.
Aceptar que Estados Unidos financie las oposiciones locales es perderse.

El presidente electo Hugo Chávez sanciona 49 leyes reformistas, y el gremio de patronos lanza un cierre patronal y un golpe de Estado, lo derroca, lo secuestra, monta un sabotaje petrolero y un bloqueo de la distribución de alimentos y un teletón en el cual todos los medios claman por el derrocamiento del gobierno legítimo, hasta que el pueblo lo restablece. Esperar el permiso de los patronos para hacer la revolución es perderse; dejar actuar al pueblo es salvarse.

Estados Unidos pretende imponer el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) para reservarse América Latina y el Caribe como inmenso mercado sin regulaciones, y fracasa estrepitosamente.
Proteger las economías propias es salvarse.

Fracasada el ALCA, Estados Unidos la impone sigilosamente mediante tratados bilaterales de Libre Comercio, de Promoción y Protección de Inversiones y mediante Tratados contra la Doble Tributación que exoneran a sus transnacionales de pagar impuestos en los países donde obtienen sus beneficios.
Dejar perder la batalla que se ha ganado es perderse.

La transnacional Exxon intenta embargar bienes y reservas internacionales de Venezuela esgrimiendo la inconstitucional doctrina de que los países latinoamericanos deben someter las controversias sobre contratos de interés público interno a tribunales o árbitros extranjeros.
Entregar la soberanía jurisdiccional a jurados que consistentemente fallan en contra de nuestros países es perderse.

El pequeño Ecuador se retira del CIADI y recupera el derecho a decidir las controversias sobre sus contratos de interés público con sus propias leyes y tribunales.
Reconquistar la soberanía es salvarse.

Estados Unidos mantiene la base de Guantánamo en territorio cubano, pero jamás los marines se atreven a poner un pie fuera de ella.
Armar y entrenar al pueblo es salvarse.

El pequeño Ecuador acepta que Estados Unidos le instale la base de Manta controlando la estratégica cuencia del Putumayo, y desde esa base dirigen y apoyan la agresión de Colombia contra Ecuador. Hospedar al enemigo es perderse.

El pequeño Ecuador ordena al gigantesco Estados Unidos desalojar la base de Manta, y el coloso abandona esa guarida.
No permitir que la planta insolente del extranjero pisotee la soberanía es salvarse.

Con la excusa de que colombianos armados presuntamente habrían entrado en algún país limítrofe, el gobierno de Colombia deja que estadounidenses armados ocupen totalmente el propio.
Mirar la paja en el ojo del vecino y no la viga en el propio es perderse.

Si a estas alturas usted no sabe cuál es el camino de la salvación y el de la perdición, está perdido
.

16 September 2010

Alejandro Jodorowsky


Exalta y venera tu cuerpo porque,
como un animal de sacrificio, transporta tu alma inmortal.

Tu cuerpo no es un mar de sombras donde naufraga la conciencia,
no es un estallido arcaico aspirando a ser el sol del centro,
no es un espejismo lujurioso engendrado por la sed de ser,
no es un cadáver dando tumbos a través de los siglos,
no es una forma sin sentido esculpida por los innumerables ecos,
no es un árbol del que mil pájaros ciegos declaran ser el rey.

Tu cuerpo es la metamorfosis de un gusano de piedra,
generoso como la sangre que mana del pezón materno,
alegre como el rayo que fulgura y luego se desvanece,
es mucho más que su propia percepción.

Bestia ilimitada, águila invisible,
ángel asesino, león que se calcina,
como la tierra no admite propietario,
como el viento es un éxodo eterno,
como el fuego revela el calor del alma,
como el agua permite a la sombra encontrar una fugaz unidad.

Alejandro Jodorowsky

14 September 2010

Julio Cortázar, Instrucciones para llorar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza.
El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro.
Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

11 September 2010

Sobre los derechos humanos, por Eduardo Galeano

Hace más de medio siglo que las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y no hay documento internacional más citado y elogiado.

No es por criticar, pero a esta altura me parece evidente que a la declaración le falta mucho más que lo que tiene. Por ejemplo, allí no figura el más elemental de los derechos, el derecho a respirar, que se ha hecho impracticable en este mundo donde los pájaros tosen. Ni figura el derecho a caminar, que ya ha pasado a la categoría de hazaña ahora que sólo quedan dos clases de peatones, los rápidos y los muertos. Y tampoco figura el derecho a la indignación, que es lo menos que la dignidad humana puede exigir cuando se la condena a ser indigna, ni el derecho a luchar por otro mundo posible cuando se ha hecho imposible el mundo tal cual es.

En los 30 artículos de la declaración, la palabra libertad es la que más se repite. La libertad de trabajar, ganar un salario justo y fundar sindicatos, pongamos por caso, está garantizada en el artículo 23. Pero son cada vez más los trabajadores que no tienen, hoy por hoy, ni siquiera la libertad de elegir la salsa con la que serán comidos. Los empleos duran menos que un suspiro, y el miedo obliga a callar y obedecer: salarios más bajos, horarios más largos, y a olvidarse de las vacaciones pagas, la jubilación y la asistencia social y demás derechos que todos tenemos, según aseguran los artículos 22, 24 y 25. Las instituciones financieras internacionales, las Chicas Superpoderosas del mundo contemporáneo, imponen la "flexibilidad laboral", eufemismo que designa el entierro de dos siglos de conquistas obreras. Y las grandes empresas multinacionales exigen acuerdos "union free", libres de sindicatos, en los países que entre sí compiten ofreciendo mano de obra más sumisa y barata. "Nadie será sometido a esclavitud ni a servidumbre en cualquier forma", advierte el artículo 4. Menos mal.

No figura en la lista el derecho humano a disfrutar de los bienes naturales, tierra, agua, aire, y a defenderlos ante cualquier amenaza. Tampoco figura el suicida derecho al exterminio de la naturaleza, que por cierto ejercitan, y con entusiasmo, los países que se han comprado el planeta y lo están devorando. Los demás países pagan la cuenta.
Los años noventa fueron bautizados por las Naciones Unidas con un nombre dictado por el humor negro: Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Nunca el mundo ha sufrido tantas calamidades, inundaciones, sequías, huracanes, clima enloquecido, en tan poco tiempo. ¿Desastres "naturales"? En un mundo que tiene la costumbre de condenar a las víctimas, la naturaleza tiene la culpa de los crímenes que contra ella se cometen.

"Todos tenemos derecho a transitar libremente", afirma el artículo 13. Entrar, es otra cosa. Las puertas de los países ricos se cierran en las narices de los millones de fugitivos que peregrinan del sur al norte, y del este al oeste, huyendo de los cultivos aniquilados, los ríos envenenados, los bosques arrasados, los precios arruinados, los salarios enanizados. Unos cuantos mueren en el intento, pero otros consiguen colarse por debajo de la puerta. Una vez adentro, en el paraíso prometido, ellos son los menos libres y los menos iguales.

"Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos", dice el artículo 1. Que nacen, puede ser; pero a los pocos minutos se hace el aparte. El artículo 28 establece que "todos tenemos derecho a un justo orden social e internacional". Las mismas Naciones Unidas nos informan, en sus estadísticas, que cuanto más progresa el progreso, menos justo resulta. El reparto de los panes y los peces es mucho más injusto en Estados Unidos o en Gran Bretaña que en Bangladesh o Rwanda. Y en el orden internacional, también los numeritos de las Naciones Unidas revelan que diez personas poseen más riqueza que toda la riqueza que producen 54 países sumados. Las dos terceras partes de la humanidad sobreviven con menos de dos dólares diarios, y la brecha entre los que tienen y los que necesitan se ha triplicado desde que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Crece la desigualdad, y para salvaguardarla crecen los gastos militares. Obscenas fortunas alimentan la fiebre guerrera y promueven la invención de demonios destinados a justificarla. El artículo 11 nos cuenta que "toda persona es inocente mientras no se pruebe lo contrario". Tal como marchan las cosas, de aquí a poco será culpable de terrorismo toda persona que no camine de rodillas, aunque se pruebe lo contrario.

La economía de guerra multiplica la prosperidad de los prósperos y cumple funciones de intimidación y castigo. Y a la vez irradia sobre el mundo una cultura militar que sacraliza la violencia ejercida contra la gente "diferente", que el racismo reduce a la categoría de subgente. "Nadie podrá ser discriminado por su sexo, raza, religión o cualquier otra condición", advierte el artículo 2, pero las nuevas superproducciones de Hollywood, dictadas por el Pentágono para glorificar las aventuras imperiales, predican un racismo clamoroso que hereda las peores tradiciones del cine. Y no sólo del cine. En estos días, por pura casualidad, cayó en mis manos una revista de las Naciones Unidas de noviembre del 86, edición en inglés del Correo de la Unesco. Allí me enteré de que un antiguo cosmógrafo había escrito que los indígenas de las Américas tenían la piel azul y la cabeza cuadrada. Se llamaba
, créase o no, John of Hollywood.

La declaración proclama, la realidad traiciona. "Nadie podrá suprimir ninguno de estos derechos", asegura el artículo 30, pero hay alguien que bien podría comentar: "¿No ve que puedo?". Alguien, o sea: el sistema universal de poder, siempre acompañado por el miedo que difunde y la resignación que impone.

Según el presidente Bush, los enemigos de la humanidad son Irak, Irán y Corea del Norte, principales candidatos para sus próximos ejercicios de tiro al blanco. Supongo que él ha llegado a esa conclusión al cabo de profundas meditaciones, pero su certeza absoluta me parece, por lo menos, digna de duda. Y el derecho a la duda es también un derecho humano, al fin y al cabo, aunque no lo mencione la declaración de las Naciones Unidas.

Eduardo Galeano

03 September 2010

LLUVIA 5,Julio Cortazar,-APLASTAMIENTO DE LAS GOTAS


Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío.
Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.

Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

Julio Cortazar

02 September 2010

LLUVIA -4


Soneto lloviendo

No hace falta que llueva como llueve este día,
y, sin embargo, llueve desde el amanecer.
Si hay rosas y retoños, ¿para qué llovería?
Si ya todo florece, ¿qué más va a florecer?

Llueve obstinadamente y en la calle vacía
las gotas de la lluvia son pasos de mujer.
Pero cierro los ojos y llueve todavía,
y al abrirlos de nuevo no deja de llover.

Yo sé que no hace falta que llueva, pero llueve.
Y recuerdo una tarde maravillosa y breve,
que fue maravillosa porque llovía así…

Y es tan triste, tan triste, la lluvia en mi ventana,
que casi me pregunto, dulce amiga lejana,
si no estará lloviendo para que piense en ti.

José Ángel
Buesa

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JOSE MARTI:

"A servir modestamente a los hombres me preparo; a andar, con el libro al hombro, por los caminos de la vida nueva; a auxiliar, como soldado humilde, todo brioso y honrado propósito: y a morir de la mano de la libertad, pobre y fieramente."

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