13 December 2016

Definitiva soledad. José Albi


¿Oyes el mar?
Eternamente estaremos escuchándolo.
Lo llevaremos dentro como la sangre, como la paz
como te llevo a ti misma.


Todo, todo irá acabando: 

la tristeza, la vida,
la soledad tan grande en que me has dejado.

Sólo el mar, amor mío, el mar sigue existiendo.

Me asomo: lo contemplo desde esta tarde lenta,
desde esta fría y herrumbrosa baranda
adonde no te asomas.
Amor, no estás conmigo.



¿Ves el silencio en torno?
Baja como las olas,
me roza como el río de tu piel,
se aleja para siempre.


Tú, mar, eterno mar de mi sueño,
sueño ya tú, lejana, irremediable.


El viento te acaricia. 
Yo soy el viento.
Pero estoy solo.
Y tú, tú estás lejana.


Sólo el mar te recuerda, te vive, te arrebata.
Siento tus labios, que es sentirte entera;
siento tu carne, calladamente mía.




Mis manos en el aire te dan vida,
y la playa, ya inútil sin tu huella,
deshabitada y torpe se aleja como el día.


Sólo la tarde existe;
existe y va muriendo. 

Unos dedos de espuma me agitan los cabellos;
unas hojas doradas por el sol van cayendo.


Quizá son tus palabras,
quizá el cerco ya inútil de tus brazos.

Escucha, amor, te voy nombrando
como te nombra el mar
.




Algún abismo
se quiebra no sé dónde, y este mar que respiro no es el mío
con capiteles rotos y con mirto.


Es tu terrible mar, tu ecuatoriana selva,
como tú, tormentosa; como tú, quieta, insospechada, dulce,
y otra vez angustiosa y arrebatada.


Amor, me vas muriendo.
Este mar que era nuestro me mira indiferente.

Quisiera levantarme
como un viento tremendo
y sacudir las velas, descerrojar los brazos,
morirme a chorros.




Pero sólo el silencio. 

Yo, acodado en en el aire,
contemplo tu recuerdo.
No hay más que arena.


La ciudad, a lo lejos, se desdibuja.
Es un humo borroso como el olvido.
Ahora estiro los brazos y te busco.
Aquí están nuestras rocas.
El mar se mira en ellas;
también te busca.


Una estrella de mar va acariciando mi sombra:

mi sombra que, sin la tuya, 
no es más que un pozo seco.



Esta tarde es como media vida: 
la media que me falta.

La que tú te has llevado.

No, no has venido.

Eternamente no vendrás.

Caerán constelaciones,
se hundirán montes, siglos, tempestades,
y no vendrás.
Y yo estaré mirando
lo que nos une todavía: el mar.


Un buque remotísimo buscará el horizonte;
pasará una pescador con sus cañas al hombro.
Sólo tú no vendrás.
No vendrás nunca.



(José Albi)

¿Qué es en definitiva el mar?



¿Qué es en definitiva el mar?
¿por qué seduce? ¿por qué tienta?
suele invadirnos como un dogma
y nos obliga a ser orilla
nadar es una forma de abrazarlo
de pedirle otra vez revelaciones
pero los golpes de agua no son magia
hay olas tenebrosas que anegan la osadía
y neblinas que todo lo confunden
el mar es una alianza
o un sarcófago del infinito
trae mensajes ilegibles
y estampas ignoradas del abismo
trasmite a veces una turbadora
tensa y elemental melancolía
el mar no se avergüenza de sus náufragos
carece totalmente de conciencia
y sin embargo atrae, tienta ,llama,
lame los territorios del suicida
y cuenta historias de final oscuro


¿qué es en definitiva el mar?
¿Por qué fascina? ¿por qué tienta?
es menos que un azar, una zozobra
un argumento contra dios, seduce
por ser tan extranjero y tan nosotros
tan hecho a la medida
de nuestra sinrazón y nuestro olvido
es probable que nunca haya respuesta
pero igual seguiremos preguntando
¿qué es por ventura el mar?
¿por qué fascina el mar?
¿qué significa
ese enigma que queda
más acá y más allá del horizonte?

Mario Benedetti

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JOSE MARTI:

"A servir modestamente a los hombres me preparo; a andar, con el libro al hombro, por los caminos de la vida nueva; a auxiliar, como soldado humilde, todo brioso y honrado propósito: y a morir de la mano de la libertad, pobre y fieramente."

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